viernes, 31 de octubre de 2014

De arriba a abajo.


Los ojos hablan, 
las bocas mienten, 
las palabras matan, rematan y entienden 
que oídos no escuchen, 
que personas luchen y empujen, 
que manos ayuden y cuellos se giren y miren, 
que dedos señalen 
e indiquen con asombro 
la forma de ser feliz y aun teniendo un desliz tener ahí un hombro, 
un alivio mundano, 
un cariño cercano, 
unos brazos que envuelvan tu pasado en abrazos,
un corazón con sus lazos, 
un amor escondido y temido en un pecho cansado.

Suben mariposas por tu tripa, 
una  espalda y dos piernas 
que respaldan toda una vida. 

Resuenan en tu interior las ganas de avanzar,
ganar y ganar, 
caer y volver a intentar; 
caminar, correr, 
que los pies te pidan consuelo, 
llegar a volar y que las suelas no toquen el suelo, 
y sin más, 
sentir la eternidad: llegar al cielo.

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